La alimentación en la tercera edad
|Comer de forma saludable es de gran importante para cualquier edad. Cuando nos hacemos mayores, debemos de cuidar más aún nuestra alimentación si queremos que nuestra salud se mantendrá en óptimas condiciones.
Los profesionales de CER Espartinas nos hablan de la importancia de la nutrición en la tercera edad. Esta etapa tiene unas características especiales y un patrón a seguir si queremos mejorar la calidad de vida de nuestros mayores.
La importancia de consumir buenos alimentos es esencial para todos, pero especialmente en niños y mayores. Hay que cuidar de su dieta en todo momento para que tengan un buen desarrollo.
Qué comer en la tercera edad
Es una pregunta necesaria tanto si convivimos con personas mayores como para prepararse a lo largo del tiempo. Debemos de tener claro que para estar sanos habrá que llevar a cabo una buen aalimentación, sobre todo cuando estamos en la tercera edad. También llevar una dieta adecuada para poder minimizar al máximo las enfermedades: arteriales, cardíacas o de la tensión, entre otros. Es muy importante incluir de forma diaria todo tipo de proteínas, minerales, vitaminas o grasas.
El paso del tiempo trae consigo una serie de cambios tanto fisiológicos como sociales, todo ello acaba afetando a la nutricionalidad del paciente. Cuando se pierden las piezas dentales se reduce la salivación y se hace mucho más difícil masticar.
A lo anterior debemos de sumar la pérdida de masa muscular. Relacionada con una menor demanda energética. Además de dificultar durante esta etapa la absorción de nutrientes, por lo que tripica la posibilidad de que un adulto no se encuentre bien alimentado si no tiene en cuenta los cambios y modificaciones que su cuerpo está llevando a cabo.
A partir de los 70, los profesionales de la residencia de ancianos en Sevilla ven necesario revisar y modificar hábitos alimenticios para el cambio de vida. Si quieres tener una vida sana a partir de los 50, es necesario aumentar el consumo de pescado, aves, huevos, lácteos desnatados y legumbres, entre otros.
Las grasas no deben de superar el 25% de la dieta, prestando en todo momento atención al consumo de productos grasos. En cuanto a las proteínas, se han de incluir un 20%, apostando siempre por lácteos desnatados y aumentado el consumo de pescados.
Las frutas, cereales y pasta tienen que ser el 55% de la dieta, siendo alimentos ricos en minerales y vitaminas A, B, C y D. Como por ejemplo los frutos secos, la patata, las frutas y las verduras.
A partir de los 70 hay que cuidarse más aún si cabe. Debemos evitar todo tipo de problemas de malnutrición que podrían desencadenar en otros mucho más grabes. Por ello, habrá que aumentar la Vitamina D, B12, el fósforo y el calcio que ingerimos. En el caso de encontrarnos en una residencia de ancianos en Sevilla, los profesionales del lugar realizarán menús adaptados a cada uno de los usuarios.